diciembre 28, 2016

El Armario


Hola mis documentalistas!

De nuevo os traemos un relato del inspirado autor Óscar Alonso, ¿qué desentrañará este nuevo escrito? Entrad y echad un vistazo.


Aurora cenaba mientras Dey salía a hacer unas gestiones con la administración irlandesa. No paraba de pensar en aquel armario negro y brillante. Le obsesionaba. Siempre se preguntaba qué misterio podía esconder. A veces, cuando había pasado a su dormitorio, incluso había escuchado unos latidos.
No podía más. Tenía que desvelar ese misterio.

Dejó de cenar y aprovechó la ausencia de su anfitrión para subir a la habitación. Caminaba sigilosa para que el suelo no crujiese y avanzó como un reptil hacia el cuarto de Ricardo. ¡Por fin lo tenía! Ahí estaban los dos, cara a cara. Ella y el armario.

Seguía resplandeciendo. Los latidos la llamaban como una melodía armoniosa y atractiva. Decía en un idioma que solo entendía ella: “¡Ábreme!”.

No podía evitarlo. Necesitaba descubrir lo que contenía ese mueble. No podía esperar ni un minuto más. Latía con más y más fuerza, con un ruido tintineante, similar al de un reloj.

El brillo del armario la atraía lentamente como el imán con un metal. No iba a dar ni un paso atrás. Ya era demasiado tarde.

Así que, cuando ya estaba lo suficientemente cerca, lo abrió. El sonido tintineante cesó, todas sus pesadillas desaparecieron y su obsesión de pronto se disipó.


No había ningún corazón ni ningún animal muerto. Esos latidos eran producto de su imaginación. 

Aquel mueble negro y brillante escondía algo peor.

© Óscar Alonso Tenorio


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