Pistola anudada, obra de Reuterswärd, en Malmö (Suecia) |
Hoy quiero hablaros de un tema delicado, así que ya desde el inicio os quiero pedir perdón por si mis palabras no acaban siendo lo suficientemente acertadas para tratar adecuadamente el tema o si, llegado el caso, alguien se siente ofendido por algún aspecto del asunto.
Aunque siendo sincero, si eres alguien del segundo tipo quizá no deberías estar leyendo estas líneas sino enmendando los muchos errores que lo aquí tratado te haya llevado a cometer.
El asunto a tratar en el día de hoy es el maltrato, con ejemplos reales explicados seriamente, así que pido perdón, de igual manera, por si esto queda muy extenso y/o pesado.
Ya sea maltrato verbal, psicológico, infantil o animal, la realidad es que la violencia está muy presente en nuestro día a día y, desafortunadamente, cada vez son más las noticias que nos llegan a diario sobre sucesos relacionados con este tema en esta creciente espiral de violencia en la que parece haberse convertido en el mundo en los últimos tiempos.
Acertar con qué tipo de maltrato es más importante, necesario de tratar o, simplemente, más cruel y con mayor número de víctimas es muy difícil y, en mi pequeña opinión, creo que uno de los mayores errores que todos cometemos al tratar este tema.
Hace poco leí una publicación en el blog de la actriz Amarna Miller que me llamó la atención. En ella comentaba el acoso que recibe por solamente llevar a cabo la profesión que realiza (enlace al post de Amarna). ¿Realmente hemos llegado a tales extremos en la sociedad? ¿Aun siendo el año 2015 somos capaces de insultar a una persona (con vida y sentimientos propios) por trabajar en algo que odiemos, veamos diferente o, sencillamente, que no encaje en algunas mentes cerradas?
Otros ejemplos claros de la falta de atención en este asunto pueden ser el maltrato de género, el acoso escolar o, incluso como ya he dicho antes, el maltrato laboral.
Estamos hartos de escuchar la cantidad de mujeres asesinadas por sus parejas en las noticias (hace dos días en Marchena, en Sevilla). ¿Acaso esa violencia no cuenta por ser un tipo de violencia machista y eso puede hacer enfurecer a cierto sector de la sociedad? ¿Nos hemos acostumbrado tanto a escuchar cómo aumenta la cifra de mujeres muertas a diario que nos parece tan típico que quien debería detener esto no le otorga la importancia que se merece? Igualmente, ¿por qué todo lo que hay detrás del acoso escolar no se trata a tiempo y se convierte, inexplicablemente, en las típicas riñas y peleas de colegio que solo acaban teniendo seria importancia cuando ya es tarde? Hace poco, en un colegio de mi barrio, un caso de bullying (acoso escolar, en castellano) acabó de la peor manera posible cuando la víctima decidió poner punto y final a su vida cansado de los abusos que recibía a diario en su colegio (Enlace a la noticia y un caso relacionado en el mismo colegio).
Más que entrar en los típicos datos, pongamos un caso práctico:
Un noticiario nos relata varios sucesos en los que unos niños de corta edad han sido encontrados en circunstancias difíciles tras haber sufrido la cruel violencia de unos padres que ejercían de maltratadores; al mismo tiempo, dedican un espacio a hablar de varios animales muertos tras haber sido víctimas de graves abusos y palizas por parte de sus dueños (o, simplemente, se reabre la polémica de la tortura animal en los festejos taurinos; la cual, en mi opinión, es otra forma de maltrato importante, ya que no solo hablamos de violencia física sino que acaba haciéndose, incluso, un circo de esa violencia).
¿Seríais capaces de frivolizar eligiendo uno de los dos casos como más cruel o, simplemente, de más importancia para detener cierto tipo de violencia? Y mucho más importante, ¿caeríais en el error de discutir entre vosotros argumentando cuál de los casos tiene más importancia que otro?
Desde aquí os lanzo mi idea, a ver qué os parece: haced reflexión mental y condenad por igual cualquier tipo de violencia o maltrato, sea cual sea; consigamos así que todo este agujero negro de odio, violencia y muerte acabe por fin apagándose en el tiempo y desapareciendo para siempre.
¿Qué opináis vosotros? Dejad vuestras opiniones en los comentarios, siempre con respeto (mayor incluso, en esta ocasión), o también mandad vuestras ideas sobre el tema a nuestro correo: documentalistas22@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario